Cuando
cruzaba el campo desde la quinta hacia mi casa, encendía el walkman para que la música limpiara las
esporas de antimateria. Si al cruzar el alambrado comenzaba a escuchar Lily,
Rosemary and the Jack of Hearts, la canción terminaba cuando salía a la
carretera. Casi nueve minutos a buen tranco, entre espinillos y chircales. Por
la carretera: If you see her, say Hello y Shelter from the storm. Y, cuando
avistaba mi casa, allá detrás de los eucaliptus, comenzaba Buckets of rain.
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