¿Lo prefieres
azucarado, con un ligero gusto a anís para que las papilas, embobecidas por los
sabores modernos, se estremezcan suavemente ante un sabor retro?
¿Lo prefieres acaso de
goma eva, con pequeñas imágenes en relieve y del tamaño de un dedal para
sorprender a tus visitas con ese ímpetu de novedad con la que tus amistades te
muestran trastos exóticos que trajeron de un reciente viaje?
¿Lo prefieres sin
cabeza como un ídolo decapitado por la acción del Tiempo y la Materia en Decadencia?
¿O lo prefieres –y sobre
gustos nada hay escrito- comprimido y encajado en una botella de doscientos
cincuenta centilitros de Coca Cola, con una pelvis que se mueve si el
recipiente es girado decúbito supino?
Si te gusta
experimentar con la sinestesia, te ofrecemos un Dylan de melaza en el que
puedes introducir tus dedos índice y pulgar para que, de las profundidades del
sujeto, surjan los primeros versos de Blowin´in the wind?
Como verás, nuestra
Casa dispone de una variedad muy amplia de Dylans, con la particularidad de
ofrecerte armar tu propio Bob, combinando los modelos antes referidos y
añadiendo materiales nuevos, tales como argamasa, espuma plast, frutos del
bosque y nitroglicerina.
Algunos testimonios de
clientes:
-“Desde que tengo mi
propio Dylan en casa, los espíritus del pantano ya no se cuelan por las fisuras
de puertas y ventanas y me dejan dormir tranquila. Lo recomiendo”. Nancy
(Tallulah, Luisiana).
-“A los pocos días de
traer a casa mi propio Dylan, mis gatos lo comenzaron a usar como juguete de
peluche hasta que uno de ellos se lo comió. Desde entonces, la casa reverbera
con tonos fosforescentes”. Tom (Nueva Orleans).
Nota: Aunque el
producto ha sido testeado rigurosamente, puede arder en las circunstancias
menos esperadas.
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